Una bitácora con pretensiones.

GMail

Agobio. No como el agobio que te genera un examen la noche antes, esa noche en la que reconoces finalmente que no vas a presentarte. Mas bien como el agobio que produce la espera de una llamada incómoda.

En mi círculo personal, la evangelización es sinónimo de cerveza y tabaco. La experiencia enseña que no puedes defenderte con espadas ante el ataque de un espantasuegras. Es mejor responder con globos y confeti.

Cuando el noventa por ciento del tiempo que pasas despierto lo empleas en actualizarte y descubrir como puedes llegar a ser más virtual, es duro aceptar que el resto del mundo no comparta tu entusiasmo por evaporarse del mundo real.

Hace poco tiempo y de casualidad conseguí una de las cotizadas cuentas de correo de GMail. GMail es de Google, una multinacional opresiva cuyas características son: Es grande. Es norteamericana. Te considera parte de su reproducción.

El sistema reproductivo de GMail consta de:

A) Un ser humano.
B) Un número indeterminado de seres humanos relacionados con A.
C) Un número de invitaciones a GMail entregadas a A para ser repartidas entre B.

Actualmente soy parte integrante de este sistema. Estás leyendo las inquietudes de lo que un ingeniero adolescente con un trabajo sobrevalorado en el 1600 de Amphitheatre Parkway (california) llamaría 'glándula A'.

Es la vida. No es cuestión de cambiarla, ni de aceptarla. Y en mi nuevo papel de Glándula reproductiva, he intentado hacer los deberes. He recurrido a mi círculo personal de Glandulas B, intentando seducirlas y esparcir las feromonas de tipo C.

Frustración. La incómoda sensación utilizada por la naturaleza y el ciclo vital para asegurarse su persistencia a través de los siglos. La mirada reprobadora del profesor cuando te manda a tu asiento después de comprobar que no has estudiado la lección. La llamada telefónica anual de tus padres preguntando por tu estado civil.

Las glándulas tampoco se salvan. Mi carga genética congelada en un disco duro refrigerado en algún lugar de California me devuelve la mirada y dice: '¿Falta mucho para llegar?'.

Y para colmo los productores de feromonas tipo C no se dan por enterados y bombardean mis esfuerzos con más y más material genético a distribuir. Abro mi correo GMail y en color rojo aparece sobre la pantalla TFT: 'Invite 6 friends to Gmail'. ¡Vamos! ¡Invítalos! ¿Qué te pasa, no tienes amigos? ¡Cumple tu misión glándula ociosa! ¡Extiéndete!.

Y por alguna razón me viene a la cabeza Robert Polson.

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