Acabarán conmigo...

Casi me caigo del sofá (si, del sofá) al leer lo siguiente en 'La Gaceta extremeña de la educación":
Quince titulados de la UEx forman parte de Software Factory Teseo

"Unos 15 titulados de la UEx forman parte del equipo humano de la Software Factory Teseo, un proyecto que junto a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE, léase ladrones), diseñará aplicaciones informáticas orientadas a controlar los derechos de autor en la Red."

Estos proyectos de autobombo son todos iguales. Empiezan con nota de prensa y acaban de tapadillo en algún oscuro despacho donde se reparten las subvenciones los interesados.
Si solo fuera por eso, tal notición no habría merecido una entrada en este blog. Lo que peor me ha sentado es que la UEx (Universidad de Extremadura) ahora le hace el trabajo sucio a la SGAE, y lo que no puedo creer es que todavía existan titulados en informática que traguen con eso.
Vale, comprendo que será su primer trabajillo y que pensarán "con tal de que paguen hago lo que sea" pero joder... ¿tenía que ser con la SGAE? ¿es que los universitarios no están en el mundo o qué? ¿no se enteran de lo que van?
En vista de tal actitud, se me han ocurrido algunas aplicaciones para que la susodicha 'Factory Teseo' (por cierto, que absurda manía tienen en la UEx con los nombres mitológicos...) desarrolle en un futuro como parte de su plan de destrucción total de la libertad en internet:
Filtro para información: Un sencillo programa instalado en los servidores de internet para evitar que contenidos ilícitos, inpúdicos o no adecuados a la edad del internauta puedan ser visionados. Yo llamo a este proyecto 'Urdaci'.

Vigilante del autor: Un programa residente en memoria que por medio del micrófono del sistema avisaría a la SGAE de si estás silbando canciones con derechos de autor y te avisaría a tí de cuando y cuanto tienes que pagar para que el referido autor no se muera de hambre.

Y por último, una idea para el futuro: una aplicación que realice un 'seguimiento de subvenciones' desde su inicio hasta su fin, y evalúe (por medio de redes neuronales con aprendizaje) el nivel de éxito o fracaso de la misma. Seguro que sus resultados no nos sorprenderían lo más mínimo.