Una bitácora con pretensiones.

11S

Si algo define a la generación a la que pertenezco debe ser que una soleada tarde de Septiembre nos quedamos petrificados ante el televisor. Yo pasé aquella tarde solo en mi trabajo (llevaría unos meses en él) recargando la página de la CNN y Barrapunto cada minuto hasta que me llamó Luismi y me dijo ¡Tiiiio que fuerrrrte!, ¿quedamos a tomar un cafe y lo vemos por la tele?. Yo (butporofcourse) le dije que si.

La historia de lo que hicimos esa tarde no es tan importante como la sensación de irrealidad que nos caló hasta los huesos. Todo era posible aquella tarde (y en los días sucesivos), la Tercera Guerra Mundial, el colapso de los Estados Unidos, la desintegración del planeta Tierra. Tal vez me equivoque, pero creo que eso generó una experiencia única, un invisible nexo generacional. No tuvimos una Gran Guerra ni una Depresión, y cuando llegó nuestro momento histórico lo único que teníamos que hacer era sentarnos frente a la tele y tomar café. Y esperar.

Lo que quiero decir es que tengo esa irrealidad metida en el cuerpo desde entonces y sé que a vosotros os pasa igual. No es continuo, pero como dice Panchi, de vez en cuando Se derrumba el tejido de la realidad y parece que todos los demonios del infierno tienen vía libre para hacer del mundo un cagadero. Y parece posible que un millonario loco puede convertirse en el duende verde. Parece posible que en la luna haya bases militares. Parece posible que los robots se enamoren. Que los extraterrestres nos visiten. O que por fín pongan a la venta los coches voladores que nos prometieron en los 80.

En serio, yo creo que nos pasó algo aquella tarde. Cuando lo sepa os lo cuento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con las opiniones vertidas en este post. Da la impresión de que desde entonces el mundo ha enloquecido sin remedio. Somos espectadores de una función sangienta y permanecemos impasibles ante ella. La vida ha adquirido la categoría de ficción customizable. La verdad importa menos cada día.

¿Qúe cabe hacer en este contexto? ¿Cual es la postura ética que debemos adoptar?¿Es digna la actitud de nuestra generación?

Preguntas que nadie va a contestar en alto...

Anónimo dijo...

¿Qué pasó el 11 de septiembre? Veo muy poco la tele.
Gustavo.